Vistas a la página totales

viernes, 21 de octubre de 2011

Hijo


        Este cuento fue publicado en el diario "hoy dia Cordoba" el 5 de enero del año 2005, lo mande al concurso porque mi amigo Gonzalez me aviso que habia uno, la anecdota (que el no me deja mentir, fue que nos encontramos en la entrega de premios, y la otra es que en vez de poner Alceo Omar Billoni, me pusieron Alceo Oscar Billoni) . Fue la tercera mencion, la primera fue de Gonzalez,todavia tengo el diploma que me dieron y porsupuesto compre el diario cuando lo publicaron je.

Hijo

         Estaba en el living, tranquilamente mirando televisión mientras mi madre acomodaba mi pieza, cuando ella irrumpe gritándome: José que hace este cuchillo debajo del colchón -también había una revista-, ¡ya voy no toques nada!-grité-, estaba avergonzado por la revista pero mas preocupado por el cuchillo, que en realidad no era un cuchillo, sino una vieja daga que había encontrado en el basural. Mira José –continuo- yo no se que te pasa a vos, pero si no tiras a la basura esa porquería, le digo a tu padre y no sé… y no sé ah! Y encima también una revista, quien te crees que sos.

          Me ahogue en la rabia del silencio y la humillación, quise tranquilizarme pero mis pensamientos se dirigieron como en un hechizo hacia a él. Recordé cuando lo encontré entre el medio de la basura y a flor de tierra, cuando lo despoje del herrumbre, en un ritual espontáneo apunte hacia el sol y lo bautice, quise darle un nombre pero no se me ocurrió alguno, también recordé cuando unos días después le di filo, y luego lo mas emocionante, el brillo, ese mango de bronce, ese acero reluciente, tan solo basto una gota tenue de luz para encandilar mis ojos por primera vez, que delicia, creo que comprendí lo que siente un padre.

        Miráme cuando te hablo!- seguía farfullando mi madre, pero yo continuaba extasiado mirándolo a él, recordé a lo que yo llame su primer sorbo, que regocijo apenas lo sostenía y se deslizaba con conmovedora ternura. –Juan que suerte que llegaste, mirá lo que tenia tu hijo abajo del colchón-. Entonces creí percibir que estaba llorando, si!, estaba llorando y tenia hambre; sin dejar que llore mas, comió, que dulzura, luego con un repasador seque sus labios, fue su primera ración doble.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario